SECCIÓN ESCENAS

[Soiberg]

Toda la cabina, o nave empezó como a parpadear alrededor de Aurora y Ricardo, como si se desvaneciera, junto a un particular ruido similar a un zumbido, lo cual duró casi medio minuto, luego lo que tenían a su alrededor, el garage, los ángeles...todo, desapareció de su vista, y segundos después aparecieron en un lugar donde una campiña se mostraba frente a ellos por los cristales de la puerta de la nave.

Aurora abrió con cautela la puerta de forma lenta.

-¡Justo a tiempo! --dijo una voz que pudo al menos ella reconocer como la del misterioso Doctor del vídeo-. A su lado se encontraba quien parecía mujer negra del vídeo, pero una sensación rara le hizo pensar a Aurora de que no era quien parecía ser.

-¡Allons'y! --exclamó el doctor, visiblemente emocionado. Toma las riendas, Marta, voy a departir con nuestros nuevos compañeros un rato, dijo el Doctor a Amant, quien creía que era Martha Jones su acompañante, mientras le señalaba el panel de mandos de la Tardis.

[Baudelaire]

Sin tener referencias de la voz de Martha, asiento solamente con un gesto sutil y me acerco al panel de control que se me señala. Me tomo unos instantes para analizar su funcionamiento y, aprovechando que me está dando la espalda, hago el intento por comprender lo que significan las coordenadas espaciotemporales.

Tanteo con los botones buscando un punto en el tiempo antes del descalabro con mi esposa durante la guerra contra Estados Unidos. De conseguirlo, simplemente inserto el dispositivo y le doy a la palanca de acción. Nunca estaría demás rescatarla para tener un último viaje con ella.

[Dava]

El vello dela nuca de Ricardo se erizo en el mismo momento que fue consciente de que habían sido transportados a un lugar completamente distinto. Sin duda alguna esto tenia que ser hechicera de sangre Tremeré, en el mejor de los casos, porque de no ser así, la única otra opción factible eran la Orden de Hermes y Tempex.

- ¿Donde carajo est...? -si pudiera palidecer lo haría- ¡ES EL ENEMIGO!

El hombre con la gabardina y el extraño utensilio en su mano junto a la joven de color pone en alerta a Ricardo. El vello de su nuca se eriza, sus colmillos se alargan y un gruñido gutural brota de su garganta. Ante el esta el Enemigo con mayúsculas. No puede evitar que la Bestia comience a tomar el control y sus garras se alarguen.

- ¿¡Donde demonios estas, Amant!? Tenemos un problema gordo aqui.

[Soiberg]

Aurora procuró tranquilizar a su hermano, al verle tan alterado y con su bestia amenazando por salir.

-Tranquilo hermanito, estamos a salvo. Y sin duda alguna Amant estará cerca, no nos dejaría tirados en estas circunstancias y ya tan cerca de nuestro objetivo. -Creo que en el vídeo dijo que era una especie de señor del Tiempo, esto no es cosa de la estirpe.

La extraña máquina hizo unos ruidos mientras se balanceaba a gran velocidad en lo que parecía una especie de túnel negro oscuro espacio temporal.

Aurora miró a la joven negra, con recelo, algo le parecía extraño de ella.

El doctor sujetaba ahora los mandos de la nave con gran pericia mientras sonreia. No obstante se dirigían a las coordenadas antes introducidas por Amant (Williams) en su apariencia encubierta como Martha Jones.

[Baudelaire]

Moviéndome con tranquilidad, me aseguro de estar en un punto que se ubique fuera del campo visual extendido del doctor. El rango central más la periferia, con ello, solamente Aurora será capaz de observar mi gesto: un simple guiño al momento de escuchar mi nombre. Acto seguido, me coloco justo a un costado de Ricardo, asegurándome que su hermana me observe con claridad.

[Dava]

Ricardo retrae las garras lentamente, pero la bestia se niega a apartarse por completo sin recibir su pago. Ella no atiende a las razones del criterio e Aurora, y se encuentra en un lugar desconocido ante un hombre, por llamarlo de un modo, que le recuerda en demasía, a quienes experimentaron con ellos antaño. Su sonrisa de superioridad, su soberbia...
Cuando el Gangrel parece haber retomado en control de la situación puede observarse el precio que ha pagado, al menos, de manera temporal. Su nariz y mandíbula están deformadas en una especie de hocico que recuerda a un Acerodon jubatus.

[Soiberg]

Aurora notó que la joven negra se echaba ligeramente para atrás y la guiñó el ojo, justo tras mencionar ella a su amigo Amant. Cayó en la cuenta de que el Nosferatu probablemente estaría impersonando a la tal Martha Jones, la compañera del Doctor. Sonrió de vuelta en su dirección, ya más tranquila.
Luego se fijó en que su hermano Ricardo tenía un aspecto raro en el rostro, probablemente por no haber controlado demasiado a su bestia interior. Le sujetó la mano, acariciándola en gesto fraternal.

La nave se paró en un descampado. De oian ruidos de bombas a lo lejos en el exterior.

[Dava]

Ls ruidos eran lo suficientemente característicos para que Ricardo se pusiera en alerta. Los había oído en varias ocasiones, las primeras noches junto con su hermana, y luego en soledad. Esos sonidos solían venir seguidos del aroma a carne quemada y los gritos agónicos de hombres y mujeres que aun no son consciente de que están a las puertas de la muerte. El Aroma e la guerra era algo inconfundible. Sobre todo para alguien que había estado en primera linea de todos los conflictos bélicos de Europa desde el Siglo XVIII. Su sangre reaccionaba a la guerra de un amanera peculiar.

- ¿Donde demonios estamos? NO hay ninguna guerra abierta en estos días, Aurora...

Mira a todos los presentes esperando que alguno le responda. Sus garras seguian desplegadas, sus ojos comenzaban a brillar con intensidad sobre natural y una sonrisa macabra desdibujaba su rostro. La Ambos sabia que la Guerra era su dominio, y que le tocaba saciar a su Bestia.

[Baudelaire]

Antes que el doctor pueda reaccionar, me aseguro de aturdirlo limpiamente y sin hacerle daños. Me aseguro de acomodarlo en un lugar seguro y en el que estará cómodo. Tomo el dispositivo de control del panel y apunto suavemente al indicador de la fecha, sin dejar de sonreír.

Ha funcionado. La pregunta correcta es cuándo estamos.

Me aseguro de hablar con mi propia voz, en perfecto castellano, sin quitarme la máscara de mil caras.

Todo ha sido demasiado sencillo, para mi gusto. Pero estamos en Estados Unidos durante la guerra contra España. En esta época soy un agente infiltrado en el ejército enemigo, Williams. Bueno, ya han tenido el gusto de conocerle durante mis cambios de personalidad.

Dejo escapar una risilla y vuelvo mi rostro a la normalidad.