"Countdown" 3

[Voivoda]

Di Maggio chasca la lengua y da un golpe tremendo con la palma de su mano sobre la barra del local, haciendo que retumben las lámparas y los utensilios de cocina. Nicole puede notar una congoja creciente en su interior al tiempo que su mirada parece captar elementos invisibles a los ojos mundanos. Puede notar la vibración eléctrica como ligeras ondas en el ambiente, acompañada de un zumbido indetectable.

Está bastante convencida de que lo que percibe no está al alcance de los Brujah, mucho menos de los otros ocupantes del local. De hecho, el golpe de Di Maggio le ha hecho dar un bote de sorpresa porque en sus oídos ha sonado como el impacto de un martillo hidráulico. Sin dejar de intentar desear en lo más profundo de su ser que las Bestias de aquellos Vástagos de sangre caliente se mantuvieran atadas, sigue la dirección de aquellas vibraciones hasta donde presupone que debe estar el cuadro eléctrico: detrás de una puerta metálica situada junto a los baños.



Tindalos se siente extrañamente calmada. Por un momento se pregunta si realmente la Bestia Brujah es tan ingobernable como dicen. Luego piensa que ese mero pensamiento orgulloso ha llevado a la ruina a no pocos compañeros de su Clan. El caso es que al tiempo que contiene el deseo de poner en su sitio a quien empieza a ver como un paleto italoamericano que puede serle útil en el futuro, también deja sus instintos encadenados. Bobby hace un esfuerzo parecido a juzgar por el tiempo que pasa de espaldas a vosotros apoyado en la barra.

Los hombres que están en el local no muestran sus armas abiertamente, pero sois conscientes de que estáis siendo apuntados desde diferentes direcciones.

La voz de Di Maggio, que no se gira, es un susurro que da más miedo que cuando fanfarroneaba a voces.

- Debería darte vergüenza ser poco más que la chica de los recados. Ser una esclava. Yahaira debe estar descojonándose de la risa todas las noches.

La imagen de la Anarquista riéndose de Miki le produce un extraño placer y de nuevo una rabia latente al mismo tiempo a Tindalos. Di Maggio se gira y se apoya en la barra sin rastro alguno de su sonrisa.

- Os he dicho que os piréis y se me está acabando la puta paciencia.

Nicole piensa por un instante que quizá no sea necesario el truco del cuadro de luces, pero no puede terminar de confiar en que en cuanto os dirijáis a la puerta no empiece una lluvia de tiros. La Malkavian nota que la ansiedad está minando su resistencia mental, llevándola al límite del estrés.
Ambos sentís que habéis salvado la no-vida por el momento, pero también que no volveréis a ser bien recibidos en ninguna de las calles de Little Italy.

Tindalos pensó en la doctora Akiva. La pizza había salido cara esta noche.

OFF: Tadd Ansia 1 y 3 daños superficiales a la FV.
Nicole, Ansia 2, 3 daños superficiales a la FV (ojo, que solo te queda uno)

[Dava]

No puedo sentir las palabras de Bobby como una puñalada en el pecho que atraviesa mi negro corazón. Pese a haber contenido mi Rabia y estar completamente agotada no puedo evitar contestarle del vuelta mientras abandono el local.

- Yahira no tendría collar del que tirar si el puto de mi sire no me tuviera vinculada con su jodida e infecta vitae -me muerdo el labio lamentando lo dicho y quitándome un peso de encima a partes iguales-. Siento haber ofendido al primero de los míos que no me ha tratado como una herramienta desechable.

Miro mi mano. De lo fuerte que he apretado mis puños he marcado mis palmas, incluso haciéndolas sangrar levemente. Tengo la necesidad de una puta dosis del veneno de MIKI cual yonqui que ha decidido dejar la adicción. Camino despacio en dirección a la puerta. Una vez en la entrada y mientras espero que Nicole llegue me dirijo por última vez a Bobby.

- Pienso enmendar mi falta de respeto a ti y tus dominios, Bobby, siempre y cuando esas putas serpientes no terminen “invitándome” a ver amanecer por la fuerza... Venga Louise, vamonos de aqui, que la he cagado y a lo grande

[Nyxe]

Me subo la mascarilla de nuevo y sigo a Tindalos hasta la puerta sin atreverme a apartar la vista de d'Maggio ni a hacer el más mínimo ruido, como si todos estuvieran esperando a que hiciera cualquiera de esas dos cosas para acribillarme a balazos. Ni siquiera me atrevo a decir nada hasta que doblamos la esquina y perdemos de vista el local.

-Dale tiempo- le digo a Tindalos intentando tranquilizarle. Me costaba creer que fuese a tenérsela jurada durante décadas por una pequeña chulería. -Ya verás como se le termina olvidando. -Pienso en el golpe que dio por el que aún me pitan los oídos. D'Maggio también se había dado cuenta de que estaba perdiendo el control, y me pregunto si no habrá algún motivo por el que él también esté más nervioso -o paranoico- de lo habitual.

Intento convencerme de que no ha salido tan mal. D'Maggio no nos ha pedido otro favor a cambio, y las respuestas de Leah y la abogada de Chang no van a llegar hasta mañana. Así que tenemos lo que queda de noche para escribir la carta y encontrar un Refugio para los próximos días. Recorro las calles con la mirada. Hemos llegado a la frontera con Chinatown, y la noche todavía parece tranquila.

[https://youtube.com/embed/1S5NDIc1_3U?start=0&end=70 Gasoline - Hasley]

Pero es un alivio fugaz. No hemos solucionado ninguno de nuestros problemas, sólo hemos ganado algo de tiempo. Y hemos perdido el único lugar que parecía a salvo de la policía. Me da rabia, pero me niego a culpar a Tindalos. De no haber sido por él, yo estaría ahora mismo o estacada en una celda o esparcida al viento. Y sin embargo, al mirarle veo que él sí lo hace.

No me quiero imaginar todo contra lo que tiene que estar luchando. El miedo, el Ansia, el Vínculo, una Bestia que según dicen, es mucho más brutal que la del resto. Y seguramente más cosas que no sepa de él. ¿Tendrá miedo de no ser suficiente? ¿De no ser lo bastante fuerte? ¿De no ser capaz de encajar con los suyos? ¿De no ser capaz de salvar a su sire?

¿De no ser capaz de abandonarle?

Tantas emociones y tanta gente tirando de él en tantas direcciones tienen que estar haciéndole pedazos. Y aun así se preguntará en qué se ha equivocado él, que más tiene que hacer él, y por qué él no es capaz de controlar sus emociones. Como si no fuese normal sentirse así con todo lo que le estaba pasando y todo lo que le estaban haciendo.

No me costaba nada empatizar con él.

-Oye, escúchame -le digo agarrándole de la muñeca y poniéndome delante de él para mirarle a los ojos-. ¿No ha sido culpa tuya vale? Tú te has defendido, ha sido él quien ha intentado encantarnos. Y he sido yo la que te ha metido en este lío.

Al final era a mí a quien buscaba la policía y la que necesitaba una muerte y una identidad nueva. Si no nos hubiésemos cruzado, él seguramente hubiera podido encontrar otras cosas en el W sin tener que huir de la policía y sin tener que cambiar de Refugio. Y aún así, se puso otra vez delante de d'Maggio para que a mí no me hiciera nada.

-Eres tú el que me está protegiendo todo el rato -digo bajando la mirada-. Y no entiendo por qué.

[Dava]

Camino cabizbaja inmersa en mis pensamientos, usando ese cerebro mío de detective para buscar algo en la escena que sabía que se me escapaba. Un pequeño detalle o matiz que tenía aquella escena que no era capaz de ver. Y eso me jodía. Entonces escucho la voz de Nicole.

- Las que no tenemos tiempo somos nosotras, Louise -sonrío con cierto nerviosismo-. Ellos eran mi último cartucho, mi clavo ardiendo, para salvar nuestros caninos cuando todo esto estalle, y lo he quemado -miro a los ojos a Nicole-. Y si, hay algo que no encajaba, era como si tuviera que demostrar algo, como si su posición estuviera en entredicho… Me ha faltado un poco mas de tacto en la negociación.

Doy una patada a una lata cualquiera del suelo para mantener mi ansia a raya después de la escenita en el bar de Bobby. Intento no cruzar miradas con ningún posible matón de Chinatown, porque de ser así, el pobre infeliz iba a pagar todos los platos rotos. Continuo caminando junto a Nicole mitras pongo la batería al móvil con la incertidumbre de si tendré un nuevo mensaje de la zorra de Yahaira, pero me limito a buscar un sitio donde podamos pasar la próxima noche, discreto, que se pueda pagar en efectivo y donde no hagan preguntas.

- Al menos ahora Bobby sabe que MIKI me ha robado mi libertad y Yaharia usa esa dependencia como correa –suspiro sin necesitarlo-. Si la sangre de Tyler corre por sus venas no dejara las cosas así. Lo que mas amamos es el libre albedrio -miro a Nicole contestando su ultima pregunta-. Porque me haces mas humana, Louise, ahora busquemos un tugurio donde refugiarnos y que tu puedas escribir la dichosa carta…

[Voivoda]

Observáis el cielo con cierta preocupación aunque aún tenéis tiempo de encontrar un lugar donde descansar. Ese agobio diario es la manera más directa en la que realidad os recuerda vuestra situación de parias. Por un instante pasa por la mente de Tadd la fantasía de que su Sire desaparezca de la faz de la tierra y sus cadenas se liberen, y por la de Nicole la de recibir un mensaje de su propio Clan que pudiera aclarar su futuro y aliviara su falta de sentido de pertenencia. Pero apenas décimas de segundo después vuestros pensamientos vuelven a la fría realidad del aislamiento en Nueva York.



Salís de Little Italy y os adentráis en las calles del SoHo sorteando a las patrullas policiales. En este barrio no han dispuesto puntos de control como en otros puntos de Manhattan, pero sí que veis a la policía local y a la Guardia Nacional patrullando en vehículos que se mueven a escasa velocidad. Sus luces azules y rojas rebotan en los múltiples edificios de hierro tan característicos de esta zona bohemia de la ciudad.

Pero no estáis para hacer turismo. Además de evitar a la policía, os movéis con vuestros sentidos alerta buscando lugares que sirvan como posible refugio. Los edificios residenciales son peligrosos por su propia naturaleza, y descartáis los múltiples espacios escénicos, de escuelas de teatro a centros de exposición, por el riesgo de la actividad mortal durante el día.
Vuestra investigación llega a un punto de encuentro delante de una galería de arte que hace esquina. Miráis el rótulo con su nombre, Leslie-Lohman Museum of Art, pero sobre todo os fijáis ambas en el horario de apertura. Mañana la galería estará cerrada.

El lugar parece perfecto. Tiene salida a un callejón trasero desde lo que parece un almacén donde seguramente se guarden objetos del museo dedicado a la temática LGTBIQ+. Está totalmente cerrado por persianas al exterior, y lo mejor es que las calles de un solo sentido a las que da el edificio están ahora mismo valladas por mejoras en la calzada, lo que asegura que por ejemplo las patrullas policiales no vayan a pasar justo por aquí. Aunque sí hay una cámara de vigilancia apuntando a la entrada del museo, no se ven en el resto de la calle.

Tadd se aleja unos metros, momento en que Nicole se queda deambulando por los alrededores del edificio. Un olor que no encaja en la escena empieza a colarse en sus sentidos. Tarda un poco en reconocerlo, pero es el olor de la naturaleza, el olor de una especie de jardín de flores aromáticas. Mira hacia los balcones de los distintos edificios, ninguno de los cuales tiene una triste planta en una maceta. No es una esencia desagradable, pero definitivamente no debería estar ahí.

Tadd se hace hueco entre los cubos de basura del callejón trasero para comprobar las potenciales vías de escape. No puede evitar una mueca de sorpresa ante lo que ve ante sí.
No es precisamente sutil.



Un graffiti con el rostro de una mujer cubre una pared de ladrillo. No es una zona de paso, seguramente la mayor parte del vecindario no sabe que está allí. Pero si un Vampiro busca dónde esconderse o alimentarse en esa zona, es probable que termine merodeando por los callejones como ahora hacéis vosotras. Y entonces se encontraría con la pintada que tiene delante. Al mismo tiempo, es una expresión de arte callejero que no haría sospechar a ningún mortal. Pero Tadd había visto mundo. Y dibujos así con líneas verticales que parecían caer como hilos de sangre de la boca de aquella mujer que le miraba desde la pared solían tener un significado claro. Algo en aquel graffiti conectaba directamente con su yo bestial interior. Casi parecía que aquella mujer le mirara directamente desde más allá de la pared.

Era un lugar perfecto para dormir... pero no eráis los primeros en pensarlo.

[Dava]

Respiro aliviada mientras veo como poco a poco parece que las cosas se asientan un poco y el hecho de que Bobby no haya mandado a sus matones a seguir nuestros pasos reforzaba mi idea de que en el fondo la ofensa no había sido para tanto y solo tenia que hacer algo de teartrillo de cara a la galería, por mantener el respeto que se ha ganado. Solo el tiempo diría si estaba en lo cierto. Una vez fuera de Little italy no puedo evitar mirar los alrededores de manera huidiza prestando más atención a los fogonazos rojos y azules que a la gente con que me cruzo, buscando un lugar donde recomponernos y pasar la noche.

- Parece una buena zona, Louise, tal vez deberíamos echar un ojo un poco más a fondo, pinta bastante bien.

El destino parece sonreírnos al encontrar un lugar que parece hecho a medida. Como si por una vez en las ultimas noches los vientos del cambio soplasen a nuestro favor. Un gran edificio, bien protegido, con varias salidas y en el que no parece que vaya a vnir nadie a molestarnos durante el día. Pero al doblar la esquina, dos cosas me recuerdan que no hay paz para los malditos.

- ¡Venga no me jodas! -Son las únicas palabras que salen de mis labios casi sin permiso al doblar la esquina y pasada la cámara de seguridad contemplar el grafitti de Nix-. Louise… Este sitio tiene dueño, deberíamos de preguntar primero.

Con esas palabras dichas miro alrededor buscando al propietaria que sin duda debe de andar cerca. La pintura parece bastante reciente y no quería incomodar a dos compañeros de clan en la misma noche. El tira y afloja con Bobby me había dejado tocada y no era plan de empezar con mal pie. Y mucho menos con una devota de la madre oscura.